
El mes pasado ya publicamos una entrada sobre la importancia de gestionar datos para el acceso universal a la energía [1]. Hoy vamos a seguir con los datos.
Hace unos meses se publicó en Devex el artículo ”How to adapt to remote research methods in rapidly changing circumstances”. Autores: Roxana Elliott, Amanda Berman y Scott Lansel. Son de la empresa GeoPoll. Hablan bien de sus métodos y productos, claro, pero creo que exponen seriamente diferentes métodos de toma de datos a distancia, no solo los de GeoPoll.
A todas las organizaciones que trabajamos en cooperación al desarrollo, la COVID-19 nos ha obligado a cambiar muchas de nuestras maneras de trabajar; y a hacerlo rápidamente. Desde cómo hacer las reuniones hasta cómo tomar datos -sea para preparar un proyecto, para hacer el seguimiento o para evaluar su impacto. En particular, tomar los datos a distancia.
Pero también ha traído otro cambio. La pandemia ha puesto en evidencia que, por bien planeadas que tengamos las cosas, surgen situaciones que no habíamos previsto y a las que hay que adaptarse -y rápido. Eso también afecta a la toma de datos.
Por José Luis Trimiño 27 de septiembre de 2021
”How to adapt to remote research methods in rapidly changing circumstances” parte de esas dos constataciones. Señala que en la cooperación al desarrollo, los datos para la preparación, el seguimiento y la evaluación de proyectos solían hacerse personalmente, en el terreno -directamente por la organización responsable o a través de terceros. Los métodos de análisis y seguimiento más utilizados -sobre todo, el marco lógico (“logical framework approach”)- responden a una lógica de planificación. Y los datos se suelen tomar en momentos determinados: en la fase de estudio (para fijar la “línea de base”), durante la ejecución (cada año o a la mitad), al finalizar la ejecución (“evaluación final”) y algún tiempo después (“evaluación ex-post”).
Sin embargo, ahora se presta más atención a la recogida continua de datos y a cambiar lo planificado según varían las necesidades sobre el terreno (“adaptive management” o “gestión adaptable” [2]). Y se recurre cada vez más a tecnologías que se han ido desarrollando en los últimos años, sobre todo a través de teléfonos móviles. En muchas circunstancias, recoger los datos a distancia constituye la única posibilidad.
Los autores consideran que estos cambios en la toma de datos (a distancia y de manera continua) permanecerán aunque desapareciera la pandemia.
Para tomar datos de proyectos a distancia, la herramienta más utilizada es el teléfono móvil. Hay dos posibilidades; ambas tienen pros y contras:
-Que sean móviles distribuidos por el proyecto. Esto supone que el proyecto tiene que hacerse cargo de su distribución y mantenimiento, con los costes y trabajo que supone. Y solo pueden utilizarse cuando el proyecto ya está en ejecución, no en la fase de estudio.
-Utilizar los móviles que tienen las personas de la comunidad donde se hace el proyecto. En principio, eso limita la toma de datos a quienes tienen móvil; que, por otro lado, es una muestra sesgada.
El artículo señala varias cosas a considerar cuando se pasa de recoger datos en persona a recogerlos a distancia; o cuando se pasa de un mecanismo de toma de datos a distancia a otro diferente:
1-El método de toma de datos:
– Si se utilizan mensajes de texto: Se envían de una vez. Los destinatarios contestan si y cuando quieren. No sirven para personas analfabetas. Son más adecuados para cuestionarios cortos.
– Si se recurre a las llamadas de voz, pueden gestionarse mediante:
. Entrevistas por teléfono realizadas por entrevistadores preparados para ello y apoyadas por un ordenador (“CATI”). Se parece mucho a hacerlo en persona: pueden ser más largas, es factible que el entrevistador haga un seguimiento y permite recoger datos de personas analfabetas.
. Respuesta interactiva (“IVR”): un sistema de voz pregrabado hace las preguntas.
2-La población de la que se toman datos. Si la organización tiene su propia lista de las personas de la comunidad y sus números de teléfono, puede utilizarla; pero la tasa de éxito es variable. Cuando se recurre a las respuestas interactivas, es frecuente que la organización recurra a técnicas de marcado aleatorio para generar listas de teléfonos. GeoPoll tiene conectividad con operadores de redes de móviles; eso hace que puedan tener bases de datos grandes de abonados a móviles.
3-El diseño del cuestionario. Para gestionarlo a distancia tiene que ser diferente de los cuestionarios que se hacen en persona. Por ejemplo:
-Los CATI permiten cuestionarios más largos que los mensajes de texto o los IVR, pero tiene que gestionarse por voz, sin ayudas visuales.
-Los mensajes de texto tienen limitaciones de longitud (de cada pregunta y del cuestionario en su conjunto) y resulta muy difícil recurrir a cosas como “seleccionar todas las opciones aplicables”.
Los autores señalan que, aunque hay tecnologías que permiten muchos tipos de preguntas y opciones complejas, es recomendable recurrir a personas expertas en estudios y tomas de datos mediante móviles.
4-El coste.
5-Los momentos en los que recoger los datos.
El artículo apunta que, como estos métodos de toma de datos a distancia se emplean cada vez más, irán mejorando y se utilizarán mejor en los proyectos. Y que hay una demanda creciente de sistemas que permitan recoger datos -de indicadores y de tendencias- a tiempo y con mucha frecuencia.
Termina afirmando que cuidar la toma de datos a distancia constituye un factor de éxito para la organización, puesto que permite tomar decisiones más rápido, más a su debido tiempo y basadas en informaciones mejores.
CC BY-NC-SA
[1] https://amigosesf.wordpress.com/2021/08/16/para-llegar-a-la-ultima-milla-hay-que-gestionar-datos/
[2] De esto hemos hablado en otras entradas, como: https://amigosesf.wordpress.com/2018/12/11/como-conseguir-que-funcione-la-gestion-adaptable/ o https://amigosesf.wordpress.com/2020/03/24/como-gestionar-mejor-para-conseguir-resultados/
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