El informe de Indicadores de Pobreza Energética en España de 2022, elaborado por la Cátedra “Energía y Pobreza” de la Universidad Pontificia de Comillas[1], destaca el impacto de los altos precios energéticos en el retraso en pagos y la restricción de calefacción. Dos métricas de gasto desproporcionado muestran tendencias opuestas: un aumento en el indicador 2M y una mejora en MIS debido al incremento de ingresos en los primeros deciles de renta. Los indicadores de gasto insuficiente, M/2 y HEP, revelan un empeoramiento y una estabilización respectivamente. Se enfatiza el papel positivo del aumento de descuentos en el bono social para mitigar la pobreza energética. A pesar de desafíos en 2022, la pobreza energética oculta severa se mantiene constante, ofreciendo esperanzas de mejoras futuras si la crisis de precios disminuye y las medidas de protección continúan.
Por Claudia Ortiz 25 de enero de 2024
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